Hoy en día, el panorama de la salud mental en Chile ha sido parte de los debates de los medios de comunicación. Sobre todo durante este mes de septiembre, que abarcó la votación del plebiscito y el mes de la prevención del suicidio. En este contexto, conocer los derechos que tenemos sobre nuestro bienestar mental es muy importante y es aquí cuando necesitamos saber sobre la Ley 21.331.
Esta ley promueve los derechos de las personas en la atención de su salud mental. Una gran iniciativa que marcó un fuerte precedente para las futuras medidas y accesos a ella. Comenzó a regir durante el año pasado, lo que hizo que el panorama en el sistema de salud cambiara en gran medida. ¿Conoces cuáles son tus derechos? ¿De qué trata esta ley? ¿A qué tenemos acceso? Te lo vamos contando aquí.
El mundo ha puesto el foco en la salud mental
La salud mental es uno de los grandes temas que se han abordado en los debates de todo el mundo. Muchos han manifestado la importancia que tiene realizar políticas públicas en relación con la salud mental y el impacto positivo que tendría en la calidad de vida de las personas. En este sentido, es primordial velar por el bienestar afectivo y cognitivo de todas las personas en el sistema de salud.
Según la OMS, los trastornos mentales, neurológicos y por el consumo de sustancias representan el 10% de la morbimortalidad mundial y el 30% de las enfermedades no mortales. Mientras que la depresión es uno de los principales trastornos que más afecta a la población de todo el mundo, siendo una de las causas más importantes de discapacidad.
Si tenemos en cuenta estas cifras no menores y considerando el incremento de dichos trastornos durante la pandemia del COVID-19, es fundamental facilitar el acceso a una buena salud mental. Pero, ¿a qué nos referimos con ello? La salud mental es un estado de bienestar psíquico y cognitivo, en el cual la persona desarrolla las herramientas para enfrentar momentos difíciles de la vida y las habilidades adecuadas para insertarse en la comunidad.
Es un derecho humano fundamental y un factor esencial para el desarrollo personal, cultural y socioeconómico. Por tanto, una buena salud mental depende no solo del aspecto individual, sino también del contexto sociocultural en el que nos encontramos insertos. Es por esto que promover colectivamente el acceso a ella es tan importante, ¡tanto como cuidarla!
El panorama de salud mental en Chile
Chile no es la excepción a la regla. El estado de la salud mental de nuestro país es especialmente preocupante. Si revisamos las últimas cifras que la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC, dentro del informe del Termómetro de la Salud Mental, notaremos que el 21,1% de la población cree o sospecha tener algún problema de salud mental: donde el 27,5% exhibió síntomas moderados o severos de ansiedad y el 16,4% de depresión.
No solo eso, según las cifras oficiales, alrededor de 1.800 personas mueren al año por suicidio en Chile y por cada uno de ellos, 20 lo habían intentado al menos una vez antes. ¿Qué nos quiere decir esto? Hay un alto porcentaje de personas que, probablemente, no tengan acceso a una buena salud mental y lleguen a ese momento donde ya es muy tarde. De modo que es fundamental asegurarles un servicio de salud digno para no llegar a esas instancias.
Nuestro país se fundó desde un pueblo sumido en el malestar mental. Chile fue la colonia en Sudamérica más empobrecida y el único territorio en un estado de guerra permanente. Desde la época de la República no ha habido una revolución cultural que llamara a resolver terapéuticamente nuestros males mentales.
Hoy ser fuerte no es contener nuestros traumas, sino tener la voz suficiente para decirle a nuestras amistades, familia, gobierno y a los demás que necesitamos bienestar mental para avanzar como personas, como economía y como país.
Acceder a las terapias y medicamentos no ha sido fácil, pues, la salud mental siempre ha sido un tabú. Y tabú en todos los planos… Desde nuestras conversaciones de sobremesa hasta cómo se organizaba el sistema de salud. Al año 2020, el 96,4% de los planes de Salud consignaba cobertura reducida a consulta psiquiátrica y psicológica, y así, aún estando en Isapre, la terapia se volvía inaccesible.
¡La salud mental ya llegó! Desde el año 2020 la salud mental ha estado presente en los discursos presidenciales y ha habido un aumento sostenido en el presupuesto fiscal destinado a únicamente a tratar las afecciones mentales de los chilenos y chilenas.
Y es que el 2020 fue quizás el mejor año para la salud mental en Chile, pues las lógicas en cómo enfrentamos la salud mental fue cambiada con un giro en 180 grados por la Ley 21.331.
¿Qué es la Ley 21.331 y qué derechos asegura?
Pero, ¿qué plantea exactamente la Ley 21.331? Reconoce y protege tanto los derechos fundamentales de las personas con enfermedad mental, discapacidad psíquica o intelectual, como el acceso a las prestaciones de salud. Por tanto, debe garantizar su libertad personal y su integridad física y psíquica a nivel sanitario, social y laboral.
¿Y qué destacamos de esta ley? Además de lo ya presentado, el hecho de que pone énfasis en el principio de no discriminación, es decir, no darle más importancia a las afecciones físicas sobre las mentales, ahora ambas son igual de urgentes, tanto en el sistema público como en el privado.
¿A quiénes beneficia la Ley 21.331?
La ley beneficia a todos aquellos que necesitan resguardar su salud mental, ya sea para mejorar su estado de bienestar o para garantizar el tratamiento de una discapacidad psíquica o intelectual. Lo relevante del cambio de paradigma que establece esta ley, es que está centrada en los derechos de los pacientes y en el contexto que los rodea.
Por tanto, también plantea un cambio en la relación que se construye entre el médico y el paciente. ¿Por qué? Porque ahora las personas que tengan alguna enfermedad o discapacidad psíquica o intelectual se los plantea como sujetos de derecho y el médico no es sólo médico, es terapeuta.
Este cambio se instaura en un marco de transformación total, pues los intereses de una persona con una afección mental y el debido aseguramiento de su bienestar irradia a su ambiente laboral, en su comunidad educativa y, en especial, a cómo es atendido en un recinto asistencial.
El enfoque comunitario y el trabajo en red que aporta la Ley 21.331
Como ya hemos dicho, esta ley lo que busca a largo plazo es cambiar el paradigma cultural de cómo se concibe la salud mental y las personas que la necesitan. Entre estos cambios, su enfoque aspira a dejar atrás las perspectivas individualistas dentro del sistema de salud, para incorporar un paradigma comunitario y de trabajo en red. Es decir, los problemas no solo dependen de nuestra persona individual, sino también de los factores condicionantes del contexto sociocultural y económico.
En este punto hay muchos debates que se han levantado desde profesionales de la salud en esta área. Entre los reclamos que han surgido está el hecho de implantar una perspectiva de trabajo y formación multidisciplinaria de forma ambigua; no promover una horizontalidad en el funcionamiento del trabajo actual de la salud mental (por ejemplo: solo los médicos pueden derivar al GES) y que las inversiones de recursos siguen siendo limitadas.
Si bien los especialistas consideran la Ley como una buena oportunidad para potenciar y fortalecer la salud mental en Chile, creen que aún hay vacíos que debieran ser desarrollados correctamente.
Principales cambios en FONASA e ISAPRES
Dentro de todo, la ley 21.331 sigue siendo el primer paso para avanzar hacia una salud mental de calidad. Lo mejor de todo es que trajo varios cambios a nivel estructural del sistema de salud. ¿En qué influyó? A mejorar la cobertura y equidad tanto en el sistema público como en el privado.
Por una parte, dentro de las Garantías Explícitas en Salud (GES), se incluyeron varios trastornos psíquicos, condiciones intelectuales y su debido acceso a las prestaciones de salud, como lo es el Trastorno del Espectro Autista.
Otro cambio, para las y los afiliados en Isapre, es que la ley prohibió entregar cobertura reducida a las consultas psicológicas y psiquiátricas. Es así, que el 96,4% de los planes deben equiparar la cobertura de salud mental a la de salud física.
Si quieres saber más información sobre ello, revisa nuestro blog en el que te contamos más en relación con la influencia de esta ley.
¿Por qué las Isapres están entorpeciendo la aplicación de la Ley?
No es raro pensar en el hecho de que las Isapres buscan diferentes formas para obstaculizar las coberturas de prestaciones de salud mental. En un principio, las isapres ya entorpecían el acceso a salud mental dándole menos cobertura y excluyendo a las personas con preexistencias relativas a enfermedades mentales o discapacidades psíquicas o intelectuales.
Gracias a la Ley 21.331, ya no podrán considerar este tipo de estigma para los futuros afiliados, como tampoco dar menos coberturas que las prestaciones de salud física. ¡Un gran avance! Pero nuevamente están en el ojo del huracán. Debido a las diferentes crisis que hemos pasado, se ha deteriorado la salud mental en el país.
Esto ha provocado que muchos recurran a hacer efectivas sus coberturas de salud mental. Es aquí cuando las Isapres colocan los “peros”. Si bien están cubriendo prestaciones de salud mental, muchas veces el proceso es lento y la devolución del dinero demora.
Asimismo, ha habido un aumento en las licencias médicas de salud mental, a lo cual las Isapres han consultado la posibilidad de que el pago de ellas deje de ser su responsabilidad. Aunque la ministra ha aclarado que esto no podría ser posible, pues se quita la seguridad social de la persona.
Como vemos, las Isapres siempre buscarán obstaculizar este tipo de prestaciones, pero de nosotros depende exigir nuestros derechos.
¡Una salud mental de calidad para todos y todas!
“No hay salud sin salud mental” así fue cómo comenzó la premisa de la Ley 21.331, propuesta que exponía que no solo se necesitaba una buena salud física, sino también psicológica. Promover el bienestar mental es fundamental para que todos podamos desarrollar herramientas y habilidades para enfrentar diferentes situaciones e insertarnos en la sociedad.
En Defensoría Salud creemos fuertemente que tus derechos de salud mental son esenciales para una mejor calidad de vida. Por eso, si tu plan aún no se ha actualizado bajo la norma de esta ley, ¡reclama! Nosotros te ayudamos en todo el proceso. “Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad.”, Marthin Luther King.